Tras más de cuatro décadas sin una modificación estructural al sistema previsional chileno, la nueva Reforma Previsional (Ley N° 21.735, publicada el 26 de marzo de 2025) marca un hito en la protección social del país. Esta reforma establece un sistema mixto, que mantiene el ahorro individual a través de las AFP, pero incorpora un Seguro Social Previsional, financiado por el empleador, destinado a mejorar las pensiones actuales y futuras.
Entre sus principales medidas destacan:
- Aporte previsional adicional del 7 % a cargo del empleador (que se sumará al 1,5 % ya existente para el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia, totalizando un 8,5 %).
- Creación del Seguro Social Previsional Solidario, que entrega beneficios por años cotizados y compensaciones por género.
- Aumento gradual de la Pensión Garantizada Universal (PGU) hasta alcanzar los $250.000.
- Modernización del sistema de AFP, con eliminación de los multifondos y creación de fondos generacionales según la edad del afiliado.
- Ingreso de nuevos actores en la administración del sistema.
Cotización del Empleador
Uno de los cambios más relevantes es la implementación del aporte previsional obligatorio del empleador, que llegará gradualmente al 8,5 % del sueldo imponible. Esta cotización se dividirá en dos componentes:
- 4,5 % irá directamente a la cuenta individual de capitalización del trabajador.
- 4 % se destinará al nuevo Seguro Social Previsional, distribuido de la siguiente manera:
- 2,5 % al financiamiento del SIS (Seguro de Invalidez y Sobrevivencia) y la compensación de género.
- 1,5 % al beneficio por años cotizados.
Seguro Social Previsional
Este seguro será obligatorio para todos los trabajadores dependientes y comenzará a regir en agosto de 2025. Estará administrado por un nuevo ente público, el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP), y contempla tres beneficios fundamentales:
- Bono por años cotizados: Equivalente a 0,1 UF mensual por cada año cotizado, con un tope de 25 años (máximo 2,5 UF mensuales).
- Compensación para mujeres: Aporte mensual adicional de 0,5 UF a partir de los 65 años, orientado a nivelar las diferencias de pensión entre hombres y mujeres.
- Cobertura por invalidez y sobrevivencia, reemplazando al sistema actual de financiamiento del SIS.
La implementación de esta reforma será gradual y busca mejorar la suficiencia de las pensiones en el corto, mediano y largo plazo, reduciendo brechas históricas, especialmente aquellas que afectan a las mujeres. No obstante, también implica nuevas obligaciones para las empresas, que deberán adecuar sus sistemas de remuneraciones para incorporar el nuevo esquema de cotización.


